Muchas veces, los
empresarios buscamos imitar algunas conductas de altos ejecutivos para vernos
más profesionales. Existen algunas costumbres de escuelas de negocios
tradicionales que quizás debamos mantener, pero hay otras que considero vale la
pena dejar atrás. Si crees que tu tiempo es importante, creo que las siguientes
líneas pueden ser de tu interés.
Diariamente,
tenemos la oportunidad de escoger cuidadosamente qué hacer con nuestras 10 a 12
horas productivas laborales, sin embargo, sabemos que no es importante lo que
haces en las horas que trabajas, sino lo que logras después de haberlo hecho.
Nuestra tarea como empresarios no es solucionar problemas, es prevenirlos, y
para eso debemos indefectiblemente empezar a reducir el tiempo que dedicamos
enteramente a la improvisación.
Cuando pregunto a mis alumnos de la maestría
en administración, si es que los paraguayos somos creativos en los negocios,
las respuestas comúnmente contienen dudas, sin embargo cuando les consulto si
es que sabemos improvisar, las dudas quedan absolutamente atrás. Quizás sea una
buena idea documentar la improvisación. Esta documentación nos permitirá
prepararnos para el futuro, pero, ¿se requiere disciplina?, ¡por supuesto! La
clave está en el registro por evento, que nos ayudará a recordar en el futuro
cómo solucionamos estos asuntos del pasado. No es una mala idea invertir parte
de nuestras horas operativas en crear manuales de procedimientos, que no son
más que una ayuda para gestionar mejor nuestro emprendimiento en el día a día.
(Una app gratuita sugerida para registrar notas de voz, fotografías, texto y
demás documentos es Evernote).
Benjamin Franklin dijo que “al fracasar en
prepararte, estás preparándote para fracasar”. Mientras mejor nos preparemos
para el futuro, mejor controlaremos el presente. No propongo una planificación
de rutina, propongo una improvisación disruptiva en la que los empresarios
puedan documentar sus acciones, que luego les permitan planificar sus
operaciones diarias, que finalmente se convertirán en una guía, para que tu
empresa no dependa de tu capacidad de “bilocación”.
Los paraguayos
somos muy buenos improvisando. Es momento de utilizar este don para
destacarnos. Desarrollemos una política de improvisación que no prohíba
realizarla, sino que promueva documentarla.
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