Existen
varios tipos de emprendedores que cazamos fantasmas. En 1984 Bill Murray
protagonizó una comedia con un “toque” de ciencia ficción llamada en inglés
“Ghostbusters”. Esta película trataba de unos emprendedores que eran
propietarios de la compañía más grande de eliminación de actividad paranormal
de los EEUU, (y aunque estoy hablando de una película) y no deseo iniciar un
debate de la existencia o no de actividad paranormal, esta película permite
ilustrar claramente, como los emprendedores podemos ser capaces de identificar
una necesidad insatisfecha o aun no demandada por el mercado.
Los
emprendedores somos como “Cazafantamas”, vemos lo que otros hoy no ven o no
quieren verlo y mucha gente nos tilda de soñadores y hasta incluso de locos al
perseguir metas imperceptibles para la mayoría de las personas, sin embargo
justamente allí, es donde a mi criterio, se encuentra el secreto de la
investigación y desarrollo y es el punto de inflexión del emprendedor, entre la
posibilidad del éxito o el inicio del fracaso. Es durante las criticas más
duras, donde debemos ser capaces de argumentar el motivo por el cual esta idea
merece ser escuchada y respetada, es durante el ataque, las risas y la
posibilidad de hacer el ridículo, donde el emprendedor se hace más fuerte.
La
capacidad de ver lo que otros no, es el inicio de la innovación, sin embargo
toda revolución, debe contener una planificación para el desarrollo eficiente del
emprendimiento y es allí donde muchos nos estancamos. Cazamos fantasmas (ideas)
brillantes, sin embargo a la hora de transformarlos en acciones se nos dificulta,
puesto que la “organización” no es la virtud más común entre nosotros “Los Cazafantasmas”.
Si es que tu eres un emprendedor probablemente sabes a lo que me refiero. Las
ideas y los negocios que hacemos en el día a día, muchas veces son como una
embarcación deslizándose a toda velocidad por el agua, dejando una estela “de
cosas menos importantes para hacer luego”, que tiempo después se transforman en
la muralla, que no nos permite seguir creciendo; y es por esto, que cazar
nuestro fantasma, no es la solución, sino el inicio del cumplimiento de
nuestros sueños.
Necesitamos
más emprendedores que se animen a perseguir sus fantasmas, sin temor a lo que
digan los demás, sin temor a hacer el ridículo, sin temor a salir de su zona de
cómoda o a fracasar buscando la idea perfecta, que solo puede descubrirse
poniéndola a prueba. Para transformarnos en “Cazafantasmas” exitosos primero
debemos tener claro el significado del éxito y de acuerdo al significado que le
demos, debemos trazar nuestro camino hacia el. El camino no es fácil, ni
tampoco es corto, pero es durante este, en donde nos hacemos mejores emprendedores,
mejores personas y mejores Paraguayos.
José
Méndez Cardozo
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